Por Victor Barrera
Aun cuando se decidió en el Poder legislativo aumentar el número de foros del Parlamento Abierto en el caso de la iniciativa de la reforma eléctrica, todo indica que no habrá cambios importantes en esta para su aprobación.
Esto porque aun cuando se escuchan las voces de todos los actores, y quienes tengan que opinar, estas ideas no coinciden y la mayoría legislativa hará uso de esta ventaja.
De acuerdo con la narrativa empresarial, la reforma eléctrica planteada por la llamada cuarta transformación es tan radical es muy difícil que pueda conseguir una modificación adecuada para el beneficio del sector.
En tanto la narrativa de los legisladores y seguidores de la 4T, la propuesta está acorde a lo que se busca, que es regresar la soberanía nacional de esta energía a los mexicanos.
Y a pesar de que se hable que se buscaran las coincidencias, el resultado de estos foros ya está trazado y es aprobar esta iniciativa sin quitar una coma o modificarla, porque no conviene a los intereses del proyecto de la 4T.
Esto nos pone en la antesala de uno de los escenarios más adecuados, que el gobierno federal deberá buscar los recursos financieros para construir e instalar la infraestructura adecuada para generar una mayor cantidad de energía eléctrica con la calidad suficiente para evitar que el sector productivo tenga algún daño en su equipo o existan apagones que corten la producción de la energía y de los productos de las empresas.
Por parte del sector privado se están preparando para recurrir a tribunales internacionales para tratar de echar para atrás la iniciativa, porque esto podría afectar sus intereses económicos.
El futuro inmediato ya está en marcha y las matrices de las empresas extranjeras, que no logran entender lo que está pasando en México, consideran que técnicamente la reforma no tiene pies ni cabeza, pero les resulta incomprensible que la política sea el factor de decisión.
Por lo pronto, si se aprobara como está, podríamos darles la bienvenida a los peores escenarios.
El mejor escenario podría ser que las inversiones no salgan del país, pero si reducirán sus operaciones y esto provocará que nuestra economía tarde un poco más para alcanza su recuperación real
Las empresas que se queden en el país no podrán crecer, perderán competitividad y estarán sometidas a un administrador caro y contaminante.
El alto costo del abasto energético provocaría que muchas empresas busquen mejores condiciones en otros mercados y empezaran a migrar poco a poco.
El mercado energético está atado a todos los sectores económicos, pues se necesita energía para operar todos los negocios. Por tanto, la reforma eléctrica planteada sentenciaría el crecimiento y la inversión de gran parte del sector productivo.
A esto debemos adicionar que, ante la negativa de respetar nuestros tratados comerciales, desincentivamos la inversión en un momento en el que necesitamos que el país crezca, el futuro económico del país será de pronóstico reservado.