Por Víctor Barrera
México se encuentra en un escenario donde las decisiones que se tomen, desde el punto de vista económico, deberán estar excesivamente analizadas para alentar la productividad de nuestro país sin incidir de manera directa en aumentar el nivel de inflación o en el mercado de cambio que implique alguna depreciación abrupta de nuestra moneda.
Una parte de esta labor corresponde el Banco de México, que es la institución encargada de aplicar la política monetaria que permita contener los niveles altos de inflación y que a su vez permita que los inversionistas compren bonos de deuda favoreciendo con ello la entrada de capitales al país.
La otra parte corresponde a la política económica y fiscal que aplique el gobierno federal, para además de atraer a los inversionistas crear las condiciones suficientes para que sus capitales no sean solo temporales, sino a mediano y largo plazo.
En lo que respecta al Banco de México, y de acuerdo al calendario de la institución, se espera que el jueves se reúna la Junta de Gobierno para decidir la política monetaria, esto ya bajo la dirección de la nueva gobernadora del Banco Central, Victoria Rodríguez Ceja.
Esta primera reunión será observada por los actores financieros quienes esperan que la decisión de esta Junta de Gobierno sea favorable para atraer capitales y contener a su vez la inflación, la cual el año anterior cerro en niveles de 7.36 por ciento y se espera que en el primer mes del año los niveles siguen por encima del 7 por ciento, algo que lastima la economía familiar de los mexicanos.
De acuerdo a la mayoría de estos analistas se espera que la decisión sea de incrementar el nivel de las tasas referenciales, aunque muchos destacan la posibilidad de 50 puntos y algunos manifiestan su prudencia e indican que sea de solo 25 puntos porcentuales.
El escenario para esta decisión se torna un poco complicado sobre todo si tomamos en cuenta que las tasas de referencia se han incrementado en 1.50 por ciento y el peso se ha mostrado con menor volatilidad. Sin embargo, las expectativas de inflación se mantienen al alza, derivado de los incrementos de insumos internacionales que repercuten en el precio de los productos básicos.
Si a esto se le suma que el resultado del Producto Interno Bruto mostró números negativos durante la segunda parte del 2021, entonces la decisión deberá está en función de evitar que alguno de estos escenarios explote de manera inmediata.
Además, otro ingrediente será la decisión de la Reserva Federal de estados Unidos (FED), que anuncio que para este año se espera un ajuste en tres ocasiones de sus tasas de interés.
No cabe duda que esta primera decisión será la más observada, porque tendrá que fortalecer a nuestra economía, ya que hasta el momento aun seguimos sin conocer la política económica real de este gobierno federal.
Lo más importante es que tanto el Banco de México como la secretaria de Hacienda y Crédito Público acompañaran sus decisiones para empezar realimente la ruta del ascenso económico y concluir los próximos años con niveles superiores al 4 por ciento y con ello salvar un sexenio que lamentablemente no ha dado resultados positivos para los mexicanos.