Por Víctor Barrera
Lamentablemente esta administración federal aun no entiende que un ambiente de certidumbre, de seguridad y libre competencia es el escenario propicio para un crecimiento y desarrollo económico.
Porque hasta el momento poco o casi nada se ha hecho para detener los altos niveles de inseguridad existentes en el país, tampoco se han creado el escenario para atraer inversiones y mucho menos se ha buscado mantener la participación de la sociedad civil como elemento vigilante de las acciones del gobierno, para con ello contener y después erradicar la corrupción que persiste en el país.
La presente administración solo mira la historia para establecer su nuevo régimen, pensando que, con ello, la población estará en condiciones distintas a las que actualmente se vive.
Piensa que el Estado debe ser quien ejerza los recursos, sin ninguna crítica u oposición, además de ser el principal generador de servicios sin competencia alguna, todo esto bajo la cobija de un nacionalismo anacrónico.
No entiende que el Estado es administrador y no un ente empresarial y si así lo quiere manejar, debería rescindir los servicios de colaboradores que no realicen su trabajo, como lo hizo con Rogelio Jiménez Pons, en el Tren Maya, lo lamentable es que lo mantuvo dentro de la nómina gubernamental, pero existen otros que han costado grandes cantidades de dinero del erario público y no han dado resultados como los directores de PEMEX, Octavio Romero Oropeza y CFE, Manuel Bartlett Díaz.
Pero también debería iniciar sus obras cuando estas tengan todos los estudios concluidos desde el impacto ambiental que puedan causar hasta el total de recursos que costará cada obra.
No se puede administrar un país si no se plantean objetivos a corto y mediano plazo, pero con base a los recursos que se obtienen, de lo contrario solo se quedaran a medias las obras o se concluirán solo para que sean inauguradas aun cuando no tengan la supervisión total de cada proceso de su construcción con una gran cantidad de “vicios ocultos”, que más adelante podrían costar hasta vidas humanas.
En tiempos recientes México, al igual que todo el mundo, presento una crisis ocasionada principalmente por la pandemia del Covid -19, pero muchas naciones fortalecieron sus sectores productivos que los han mantenido en circunstancias de recuperación y crecimiento económico
En México se dejó que cerraran muchas empresas y esto propicio niveles altos de desempleo y una avalancha de comercios informales.
Esta administración más allá de ayudar a los que menos tienen, aumento el número de ellos, ha empezado a eliminar organismos donde la sociedad civil participa para supervisar el buen manejo de los recursos nacionales, evitar que existiera convenios entre empresas para aumentar precios de productos y ahora intenta destruir instituciones que crean pensadores como la UNAM y el CIDE y pretende amordazar a los medios informativos, a sus creadores y colaboradores, condicionando su permanencia económica a cambio de no criticar su actuar.
Pero también y más peligroso, es que el gobierno sea juez y parte en el desarrollo “democrático” del país. Es algo que deberemos impedir y evitar que regresemos a los 60 y 70 donde regímenes totalmente arcaicos se sentían los dueños de México y de los pobladores que lo habitan.